Con esta primera entrada, iniciamos una serie de tres publicaciones con las cuales abordaremos la presencia de Hermes en el cartelismo de la Barcelona industrial y moderna.
Hermes o Mercurio, como dios del comercio y de los intercambios, se encuentra íntimamente vinculado con la Industria. No es de extrañar que lo encontremos a menudo representado en el cartelismo de finales del siglo XIX y principios del XX como elemento central la sociedad barcelonesa. Una sociedad cada vez más desarrollada y con la mirada puesta en Europa. Las exposiciones universal (1888) e internacional (1929) fueron claros testimonios de este hecho.
Almacenes Can Jorba
En primer lugar, dada su importancia, tenemos el caso de los grandes almacenes Can Jorba. Llegados desde Manresa, inicialmente se ubicaron en la calle del Call de Barcelona para después trasladarse (1929) al recién abierto Portal de l’Àngel. Esta gran avenida comercial se llenaría de edificaciones neoclásicas.
Su fachada ya nos muestra sus vínculos con el dios olímpico. No sólo porque se encuentra repleta de representaciones herméticas, como son el caduceo o el casco alado, sino también por la aparición del propio Hermes en una de sus cornisas. De hecho, este edificio monumental del arquitecto Arnald Calvet, diseñador también del Can Jorba de Manresa o de otras obras como el Mercat de Sarrià de Barcelona, recibía el nombre del Templo de Mercurio, precisamente por todo lo que acabamos de explicar. Como curiosidad, cabe destacar que tal fue el éxito de la familia en Barcelona que se dice que incluso su nueva sede se llegó a abrir antes de ser finalizada, atendiendo los clientes a la vez que se proseguía con la construcción.
Hermes como protector del comercio siempre estuvo relacionado con Can Jorba; ésta es una realidad que no nos viene de nuevo. Pero también hay que destacar que estos vínculos, en el caso concreto de estos grandes almacenes, van mucho más allá, llegando a encontrarlo como distintivo de la propia casa: el logotipo de la empresa contenía el caduceo de Hermes, una rueda dentada y el lema Labor Omnia Vincit (el trabajo todo lo vence).
Como podemos observar, en muchos de sus carteles, muestrarios y catálogos de productos encontramos la huella de Hermes.
Con este último apunte, finalizamos la entrada. Hemos iniciado un recorrido que nos va a mostrar, a través del cartelismo, los constantes vínculos entre Barcelona y el dios griego Hermes (Mercurio, para los romanos).
En el siguiente post veremos cómo Barcelona y Hermes iban de la mano en los nuevos avances que se gestaban en la ciudad. En concreto, trataremos uno de los eventos más importantes que se dieron en la ciudad condal: ¡La Exposición Internacional de 1929!