Busto del dios Hermes en la fachada de un edificio la Gran via de les Corts Catalanes de Barcelona

Dios Hermes

El dios Hermes es uno de los doce dioses olímpicos de la mitología griega, hijo de Zeus y la pléyade Maya. Su rol de mensajero oficial del Olimpo lo convirtió en el protector de todos aquellos que transitan por los caminos: pastores, viajeros, comerciantes y ¡ladrones! También es el guía de las almas en su camino al Inframundo.

Su origen lo encontramos en Egipto como Thot, dios de la sabiduría, las artes y las ciencias. Inventor de la escritura y encargado de transmitir y registrar por escrito los mensajes divinos. Los griegos lo fusionaron con Anubis, dios egipcio de la muerte, y lo incorporaron a su mitología como Hermes. Después los romanos lo llamaron Mercurio.


El dios Hermes y Barcelona

Cuenta la leyenda que, al finalizar su cuarto trabajo, Heracles (Hércules romano) se unió a Jason y los Argonautas en la búsqueda del vellocino de oro. Durante el trayecto por el Mediterráneo una fuerte tormenta sorprendió a la expedición de 9 barcos. Al amainar, se reagruparon, pero se dieron cuenta de que faltaba una de las naves. Después de días de infructuosa búsqueda, divisaron costa. Al acercarse, encontraron el barco en una playa a los pies de una montaña. Les gustó tanto el lugar que Hércules decidió fundar allí una ciudad junto a su hermano Hermes. La llamaron Barca Nona (la novena barca) en honor a la nave extraviada. La montaña era Montjuïc.

Estatua del dios Hermes en el edificio del Bolsín en Barcelona

Aunque Heracles se ha llevado todo el mérito, el vínculo de Hermes con nuestra ciudad comienza con la leyenda fundacional; siendo el cofundador de Barcelona.

Lo cierto es que desde mediados del siglo XIX a mediados del siglo XX, la burguesía catalana, en pleno auge, adoptó a Hermes, dios del comercio, como icono. Por eso lo veremos representado en sus casas particulares, fábricas, edificios donde se realizaban intercambios comerciales (bancos, lonjas, mercados) y de correos.

Hermes, que simboliza la actividad comercial, es el dios más representado en Barcelona.


Cómo reconocer al dios Hermes

Las representaciones del dios Hermes pueden ser de cuerpo completo o parciales (normalmente la cabeza o cualquiera de sus atributos). En muchas ocasiones, lo encontraremos acompañado de la Industria (mujer que se apoya sobre una rueda dentada o un timón), la diosa Tiqué (la Fortuna romana) con el cuerno de la abundancia o a Deméter (la Ceres romana) que simboliza la agricultura.

Los atributos de Hermes son:

Pétaso

El pétaso fue un gorro de ala ancha utilizado para protegerse del sol. Tiene su origen en la sociedad rural de la antigua región griega de Tesalia, donde lo llevaban puesto agricultores y viajeros. Más adelante, su uso se extendió a otras clases sociales y no era nada extraño verlo entre los asistentes a eventos públicos, como por ejemplo las obras de teatro.

Detalle del pétaso (o casco con alas) de la estatua del dios Hermes en la entrada del Parc de la Ciutadella de Barcelona

Y como no podía ser de otra manera, el pétaso formaba parte de la equipación de los mensajeros. En el caso de Hermes, tienes dos particularidades: la primera es que se le dota de unas alas como símbolo de la velocidad de desplazamiento o transmisión de la información; la segunda, que el gorro -originalmente hecho de fieltro de lana, piel o paja- se convierte en un casco de metal similar al que llevaba la caballería ateniense.

De todas formas, tampoco nos extrañemos mucho si cazamos un Hermes sin pétaso pero con una alas que le salen entre los cabellos.


Talarias

Las talarias (nombre romano) o pédilas (nombre griego) son las sandalias con alas que  el dios Hermes utiliza para desplazarse de un lugar a otro volando. Son las mismas que presta a Perseo -en una de las versiones del mito- para ir a matar a Medusa.

Detalle de la talaria (o sandalia con alas) del dios Hermes en una estatua frente a la estación de tren de Mataró

Igual que con el pétaso, las alas confieren la idea de velocidad y, en algunos casos, podemos ver a Hermes sin talarias pero con alas en los tobillos.


Caduceo de Hermes

En griego antiguo (kerykeion) significa “vara de olivo con guirnaldas” e, inicialmente, era un bastón con hilos de lana – o cintas blancas – entrelazados. Era un elemento característico en los mensajeros de la antigua Grecia y garantía de protección: la ley castigaba duramente a todos los que asaltasen en los caminos a cualquier portador de un caduceo.

En el caduceo de Hermes aparecen unas alas -o el pétaso- en la parte superior y las hebras de lana se transforman en serpientes. El hecho de incorporar a los reptiles posiblemente provenga de cuando Hermes -según la leyenda mitológica- separó con su báculo a dos de ellas mientras se estaban peleando. El báculo es el nombre del bastón con alas en la parte superior pero sin las serpientes.

Detalle del relieve de un caduceo de Hermes en la entrada de un edificio de Barcelona.

Es importante no confundir el caduceo de Hermes -lleva dos serpientes- con el bastón de Esculapio -sólo lleva una-. El primero es el símbolo del comercio, el segundo el de la medicina. Aunque, muchas veces veremos que por error se asocia el caduceo con el mundo médico.


Marsupia

Del latín marsupium, bolsa. Es la bolsa que contiene dinero, y hace una clara referencia al mundo del intercambio comercial.

Estatua del dios Hermes portando la marsupia (bolsa con dinero) en un edificio de Rambla Catalunya de Barcelona


Lira

Dice la mitología que el mismo día que nació el dios Hermes éste creció a una velocidad sorprendente. La primera vez que su madre Maya le dejó en la cuna y le dio la espalda este se escapó. Hermes se dirigió a Pieria para robar y esconder el rebaño de vacas de su hermano Apolo. Cuando Apolo descubrió la identidad del ladrón, lo llevó ante Zeus y Hermes reconoció los hechos.

Lira y caduceo de Hermes en la barandilla de las escaleras del Palau Robert de Barcelona

Hermes prometió devolver el rebaño a su hermano, excepto dos de las vacas que había sacrificado en nombre de los dioses. Con las tripas de estas y un caparazón de tortuga fabricó una lira de siete cuerdas -varía el número según la versión de la leyenda-. Con este instrumento, Hermes interpretó una melodía tan bonita, acompañada de un canto que exaltaba las virtudes de Apolo, que este le perdonó y le ofreció un trato: cambiar la lira por su bastón de pastor de oro -el caduceo en alguna versión-. Por eso también encontraremos la lira en muchas de las representaciones del dios Hermes: aunque esté muy vinculada a Apolo, Hermes fue su inventor.


Aclaraciones

El dios Hermes tiene muchos más significados, roles e inventos atribuidos, fruto de su evolución en los diferentes contextos socioculturales desde la civilización egipcia hasta el Imperio Romano. Aquí sólo resaltamos aquellos rasgos esenciales para entender el personaje tal y como ha llegado a nuestra ciudad.

También queremos ser sinceros: Barcelona fue fundada por los romanos, por tanto, deberíamos hablar del dios Mercurio en lugar del dios Hermes. Si utilizamos el nombre griego, es por una razón sentimental: la primera ruta que realizamos el día que los Cazadores de Hermes nos conocimos.